El Pacto Verde Europeo, anunciado en diciembre de 2019, ha establecido la sostenibilidad como una prioridad clave en la política europea. La pandemia de COVID-19 resaltó la importancia de las nuevas tecnologías y la descarbonización de las economías, lo que enfatizó la necesidad de alinear las prioridades europeas con los objetivos medioambientales y digitales.
La “doble transición” hacia la sostenibilidad medioambiental y la digitalización se convirtió en el camino a seguir. Las empresas privadas se dieron cuenta de que la transición verde no era solo una cuestión de responsabilidad social, sino una prioridad empresarial. Esto impulsó la convergencia de transiciones verde, digital y energética.
En el ámbito regulatorio, las políticas del Pacto Verde Europeo han comenzado a influir en las regulaciones ambientales y de sostenibilidad en Latinoamérica. Las empresas, como Telefónica, que operan en la región, pueden actuar como embajadoras de estas regulaciones europeas.
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