En el contexto actual Europa ya no solamente demanda energías verdes, sino también depender menos del resto de países. Es por ello que dos tecnologías, el hidrógeno verde y la biomasa, se alzan como protagonistas en este cambio de paradigma, acompañadas por la energía solar y eólica.
Hablamos de un proyecto europeo conocido como Bio-FlexGen, que consiste en una planta de coproducción de calor y electricidad. Busca cumplir dos requisitos: por un lado, impulsar un modelo de energía más circular y sostenible, y por otro, establecerse como un acceso a la energía eficiente y garantizado. La meta es poder contar con ella 365 días, 24 horas al día.
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